LA PERLA DE GRAN PRECIO.
45También el reino de los cielos es semejante al hombre tratante, que busca buenas perlas; 46Que hallando una preciosa perla, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
En esta corta parábola el Señor Jesús describe el gran valor que tiene a sus ojos la iglesia, es decir, el conjunto de los redimidos desde el primer siglo de nuestra era.
El mercader es un conocedor del tema. No encuentra por casualidad el hermoso ejemplar, sino siempre busca las mejores, pero en un día vio una gran perla como nunca lo había visto, se emociono tanto que fue y vendió todo lo que tenia para adquirirla, porque sabía que valía muchísimo, por su hermosura, así mismo Jesús compara a la iglesia como una perla, bellísima, el dio todo lo que tenia para comprarla, y lo que más amaba, era su vida así que prácticamente cambio su vida para obtener a una iglesia, limpia y santa a través de su sangre. Porque la veía bellísima, ojala nosotros como hermanos nos viéramos los unos a los otros como Jesús nos ve, perlas preciosas en su reino, limpias y relucientes, lavados por su sangre derramada en una cruz.
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