“Oíd lo que dice el juez injusto. ¿Y Dios no hará justicia a sus escogidos que claman a El día y noche, aunque sea longánime acerca de ellos? Os digo que los defenderá presto.” Lucas 18:6.7
Nosotros no podemos hacer que Dios obre cuando queremos. En caso que nuestro pedernal no produzca lumbre al primer golpe, entonces debemos de tratar de nuevo. Dios escucha nuestras oraciones, pero no las contesta en el tiempo que nosotros creemos que es el oportuno. El se revela a nuestros corazones escudriñadores, pero no exactamente en el tiempo y en el lugar que habíamos fijado en nuestras expectativas. He aquí la necesidad de la perseverancia e importunidad que debemos tener en la súplica.
En los tiempos pasados en que se utilizaba para encender el pedernal, el eslabón y el azufre, había que golpear una y otra vez y hasta docenas de veces antes de poder conseguir que una chispa encendiese la yesca, y si al fin conseguíamos esto, estábamos agradecidísimos por ello.
¿No deberíamos tener la misma perseverancia y esperanza en las cosas celestiales? En dichas cosas, tenemos mas seguridad de éxito que teníamos con el eslabón y el pedernal, por que tenemos las promesas de Dios en nuestro apoyo.
No desesperemos jamás. Ya llegará el día en que Dios mostrará Su misericordia, y este día llegará en el momento en que creamos. Pide con fe, sin dudar en absoluto, pero nunca ceses de pedir porque el Rey tarde en contestarte. Golpea con tu eslabón nuevamente. Haz que salten las chispas y ten tu yesca preparada, no ha de tardarse mucho para que puedas obtener lumbre.
C. H. Spurgeon
No creo que exista en la historia del reino de Dios, que una oración hecha y ofrecida como se debe y con el debido espíritu haya quedado sin contestar para siempre.
Theodore L. Cuyler
“Bienaventurado el hombre que soporta la tentación, porque cuando haya sido probado, recibirá la corona de la vida, que ha prometido el Señor a los que le aman.”
Santiago 1:12
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