“Los que moran debajo de su sombra volverán, serán revivificados como el trigo, y florecerán como la vid.” Oseas 14:7
El día se terminó con grandes chaparrones. Las plantas de mi jardín fueron golpeadas por la tormenta acometedora, y vi una flor que había admirado por su belleza y le había tomado cariño por su fragancia, expuesta a golpes de aquella cruel tormenta. La flor cayó, cerró sus pétalos, inclinó su cabeza y vi que desapareció toda su gloria. “Tendré que esperar hasta el próximo año.” Me dije, “antes de que vuelva a ver nuevamente esa cosa tan bella.”
Transcurrió la noche y llegó la mañana. El sol resplandeció nuevamente y la mañana fortaleció a la flor. La luz la miró y la flor miró a la luz. Hubo contacto y comunión y un cierto poder se introdujo en la flor. Entonces levantó su cabeza, abrió sus pétales, recuperó su gloria y parecía mucho mas bonita que antes. No se cómo sucedió, que una cosa tan débil se pusiese en contacto con una cosa tan potente, y que ganase fortaleza.
No puedo decir como es que por medio de la comunión con Dios, podré recibir un cierto poder en mi ser para hacer y sobrellevar las cosas, pero lo que sí sé, es que ello es un hecho.
Te encuentras en peligro a causa de alguna prueba aplastante? Busca esta comunión con Cristo y recibirás el poder suficiente para poder conquistar. “Yo te fortaleceré”
No hay comentarios:
Publicar un comentario