Este devocional puede que te ayude a tener un poco de aliento en el caminar de tu vida, cargando dia a dia las baterias de tu alma.
MANANTIALES EN EL DESIERTO
lunes, 27 de mayo de 2013
“Al que cree todo es posible.” Marcos 9:23
Al que cree todo es posible
“Al que cree todo es posible.”
Marcos 9:23
Esto no quiere decir que simplemente con pedir “todo es
posible”, por la razón de que Dios siempre está obrando para enseñarnos el
camino de la fe y en nuestro entrenamiento de la vida de la fe, paciencia de la
fe, el valor de la fe, y muchas veces tenemos que pasar por muchos estados antes
de darnos verdaderamente cuenta de lo que es el fin de la fe, la victoria de la
fe. La fibra moral que desarrolla por medio de la disciplina de la fe. Cuando
has hecho tu petición a Dios y no has recibido la respuesta. ¿Que piensas
hacer? Cree en la TORAH de Dios. No dejes de creerla aunque veas lo que
veas y sientas lo que sientas y permaneciendo firme has de desarrollar una gran
experiencia y un mayor poder. El hecho de ver la contradicción aparente de la
TORAH de Dios y que tu fe permanece inalterada te hace que seas poderoso en
todas las demás cosas. Con frecuencia, Dios intencionadamente tarde en
contestarnos, pero su tardanza, es tanto una respuesta a nuestras oraciones,
como lo es el mismo cumplimiento de la petición cuando esto se vea. En las
vidas de todos los personajes bíblicos, Dios obró de esta manera. Abraham,
Moisés y Elías no fueron grandes hombres al principio, sino que fueron hechos
grandes por medio de la disciplina de su fe, y solo de esta manera pudieron
ponerse en condiciones para ser aptos para los cargos a que Dios los había
llamado. Por ejemplo, en el caso de José a quien el Señor había estado
preparando para el trono de Egipto, leemos en el Salmo 105:19 “La palabra (el
dicho) del Señor lo probó.” No fue la vida de la prisión con su cama endurecida
y el mal alimento lo que lo probó, sino que fue la palabra de Dios que habló a
su corazón en los primeros años referente a que su elevación y honor sería mayor
que el que sus hermanos iban a recibir. Esto fue lo que él siempre tenía delante
de sí, cuando cada paso en su carrera parecía cada vez mas imposible que esto se
cumpliese, hasta que se le encarceló inocentemente mientras libertaban a otros
que quizás estaban por justicia encarcelados, y a él solo se le dejaba allí
languidecer. Estas fueron horas que probaron su alma, pero horas de
crecimiento y desarrollo espiritual que, “cuando su palabra vino” (la palabra
libertadora), LA torah, lo encontró en condiciones para la delicada tarea de tratar a sus
perversos hermanos con un amor y paciencia excedido solamente por
Dios. Ninguna clase de persecución puede probarnos como estas experiencias.
Cuando Dios dice que va a realizar Sus propósitos y pasan los días sin llevarlos
a cabo, verdaderamente esto es duro para nosotros, pero es una disciplina de la
fe que ha de traernos tal conocimiento de Dios, que nos sería imposible poder
adquirir de otra manera.
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