Bienaventurado El Hombre Que Tiene En Ti Sus Fuerzas
“Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas...... atravesando el valle de Baca, lo cambian en fuente.” Salmo 84:5,6
El consuelo no entra en el corazón alegre y jovial. Tenemos que descender a las “profundidades” si queremos experimentar este valioso don de Dios, consuelo, y estar preparados de esta manera para ser cooperadores con Él.
Cuando la noche cubre el jardín de nuestras almas, cuando las hojas se cierran y las flores dejan de recibir dentro de sus pétalos la luz del sol, allí nunca ha de faltar aún en la oscuridad mas densa, gotas de rocío celestial, rocío que solamente desciende cuando el sol ha desaparecido.
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