“Juan... no hizo milagro, pero todo cuanto decía Juan respecto de éste fue verdad.” Juan 10:41
Puede ser que estés descontento contigo mismo, bien, porque no eres un genio, o no posees grandes dones, o porque no eres prominente en ninguna habilidad. La mediocridad es la ley de tu existencia. Tus días sólo son notables por su identidad e insipidez. No obstante, tú puedes vivir una gran vida.
Juan no hizo ningún milagro, pero Jesús dijo que entre los nacidos de mujer no había parecido ninguno que fuese mayor que él.
La misión principal de Juan era el dar testimonio de la luz, puede ser que esta también sea la tuya y la mía. Juan estaba contento con ser solamente una voz, si con esto los hombres pensaban acerca de Cristo.
Disponte a ser solamente una voz oída pero no vista, un espejo cuya superficie se pierde a la vista porque refleja la gloria deslumbrante de sol, una brisa que aparece antes que la luz del día y dice: “La aurora! ¡La aurora!” y después desaparece.
Haz las cosas más comunes y pequeñas como si estuvieses bajo Su mirada. Si estás obligado a vivir con personas con quienes no congenias, disponte a ganarlas con amor. Si has cometido una gran falta en tu vida, no permitas que se oscurezca, sino encierra el secreto en tu pecho y oblígale a producir dulzura y fortaleza.
Hacemos mas bien que conocemos, sembrando ciertas simientes empezando arroyuelos, llevando a otros pensamientos verdaderos de Cristo, a los cuales se refería un día por ser lo primero que les hizo pensar acerca de Él. Por mi parte, estaré muy satisfecho si no se levanta ningún mausoleo sobre mi tumba, pero las almas sencillas se reúnen allí cuando deje este mundo y dicen:
“Era un buen hombre, no hizo milagros, pero habló de Cristo y esto me siguió para conocerle a Él por mí mismo.”
George Matheson
“Dios llama sus obreros mas preciados de entre la multitud desconocida” Lucas 14:23
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