“Estábamos excesivamente abrumados sobre nuestras fuerzas.” “Para que el poder del MESIAS haga morada conmigo.” 2ª Corintios 1:8, 12:9

YHVH permitió que la crisis rodease a Jacob la noche que se inclinó suplicando, con el fin de colocarle en una posición en que pudiese recibir de Dios, como él jamás lo hubiese hecho. Y por aquella salida estrecha y peligrosa, Jacob aumentó su fe, su conocimiento de Dios y el poder de una vida nueva y victoriosa.
Dios tuvo que hacer pasar a David por medio de una disciplina dolorosa y de muchos años, para que aprendiese el gran poder y fidelidad de su Dios y progresase en los principios de fe y santidad establecidos, los cuales fueron indispensables para su gloriosa carrera como rey de Israel.
Y ninguna otra cosa sino nuestras pruebas y peligros podían haber conducido a algunos de nosotros a obtener el conocimiento que del El tenemos, a confiar en El como lo hacemos, y sacar de El la gracia suficiente que nos es indispensable para nuestras mayores dificultades.
Las dificultades y los obstáculos son las maneras como Dios desafía la fe. Cuando los obstáculos son las maneras como Dios desafía la fe. Cuando los obstáculos se nos atraviesan en la senda del deber, debemos de considerarlos como vasijas para la fe que hemos de llenar con la plenitud y suficiencia de YAHSHUA, y al continuar hacia delante confiando enteramente en El, podremos ser probados, quizás tengamos que esperar y permitir a la paciencia que realice su obra perfecta, pero al final encontraremos la piedra quitada de nuestro camino, y al Señor esperando, para darnos el doble por el tiempo de nuestras pruebas.
A.. B. Simpson