“En
aquel mismo día, como Dios le había dicho.” Génesis 17:23
La obediencia
inmediata, es la única que puede considerarse como tal. La obediencia que tarda,
es desobediencia. Cada vez que Dios nos llama para que cumplamos un deber, está
ofreciendo hacer un pacto con nosotros. Por nuestra parte, lo que tenemos que
hacer es cumplir nuestro deber y El cumplirá su parte con una bendición
especial.
La única manera como podemos obedecer es obedeciendo “en el mismo
día”, como hizo Abraham. Para estar seguros, a menudo aplazamos un deber y
después lo cumplimos lo mejor que podemos. Es mejor hacer esto que no hacerlo de
ninguna manera. Pero por muy bien que lo hagamos entonces, esto no es mas que el
cumplimiento a medias de un deber que hemos desfigurado y estropeado, y el deber
que se aplaza nunca nos proporciona la bendición completa que Dios deseaba para
nosotros y que hubiésemos recibido de haber cumplido dicho deber en el mismo
momento que pedimos.
Es una lástima que hurtemos a Dios, a nuestro prójimo, y
a nosotros mismos, por medio del hábito de dejar las cosas para mañana. “En el
mismo día”, es como nos dice el Génesis que debemos hacerlo. “Hazlo
ahora”.
Un gran héroe de la fe HEBREA, uno que supo sufrir grandemente por
la causa del MESIAS, dijo que “un verdadero creyente debe crucificar la pregunta
¿Por qué?. Debe obedecer sin preguntar.” No deseo ser uno de aquellos que al
menos vean señales y maravillas no crean de ninguna manera. Quiero obedecer sin
preguntar.
La obediencia a la torah es fruto de la fe, paciencia, la flor de dicho
fruto.
Christina Rossetti
No hay comentarios:
Publicar un comentario