Sube por la mañana.... y preséntate allí sobre la cumbre del monte.” Éxodo 34:2
La mañana es el tiempo señalado para que encuentre al Señor. La misma palabra mañana, es como un buen racimo de uvas. Estrujémoslas y bebamos el vino sagrado. ¡Por la mañana! Entonces, Dios desea que me encuentre tan fortalecido como me sea posible y con una gran esperanza. No tengo que trepar con mi debilidad. Por la noche entierro las fatigas del ayer, y por la mañana renuevo mis energías. ¡Bienaventurado es el día, cuya mañana ha sido santificada! ¡Dichoso es el día cuya primer victoria se ha ganado orando! ¡Santificado es el día cuya aurora te encuentra en la cumbre de la montaña!
Padre mío, a Ti me dirijo. Nada que se encuentre en la vil llanura impedirá que llegue a las alturas sagradas. Acudo a Tu llamamiento, así que estoy seguro que Tú me encontrarás. El ir por la mañana a la montaña me fortalecerá y alegrará todo el resto del día que ha comenzado de tan buena manera.
Joseph Parker
Mi madre tenía la costumbre de marcharse todos los días a su habitación tan pronto como se terminaba el desayuno. Y allí, se pasaba una hora leyendo la Biblia, meditando y orando. De aquella hora, sacaba como de una fuente de agua pura, la fortaleza y la dulzura que la habilitaba para cumplir con sus deberes y permanecer tranquila de las molestias y pequeñeces que a menudo son las pruebas con que hay que enfrentarse en ciertas vecindades. Al pensar en su vida y en todo lo que tuvo que sobrellevar, entonces puedo ver el triunfo de la gracia Cristiana en el grandioso ideal de una mujer Cristiana. Jamás la vi enfadada, ni la oí pronunciar una palabra de ira, ni calumniar, ni criticar. Nunca observé en ella ninguna señal de un sentimiento impropio de un alma que había bebido del río de agua de la vida y que se había alimentado del maná en el estéril desierto.
Farrar
Da a Dios la flor del día. No le des las flores marchitadas.
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