domingo, 27 de diciembre de 2009

Porque Dios me hizo fértil en la tierra de mi aflicción

Porque Dios me hizo fértil en la tierra de mi aflicción." Génesis 41:52

Están cayendo lluvias de verano. El poeta las observa desde su ventana. Con su feroz caída baten y golpean el terreno. Pero el poeta en su imaginación no ve solamente los chaparrones que están descendiendo delante de sus ojos. Él ve infinidad de bellísimas flores que pronto han de brotar del terreno bañado, y que han de inundarlo con una belleza y fragancia insuperable.

Quizás alguno de los hijos a quienes Dios está corrigiendo, estará diciendo ahora: "Esta lluvia es demasiado fuerte para mí esta noche."
"Están lloviendo tentaciones sobre mí, que parecen estar mas allá de mi poder para soportarlas. Los contratiempos están lloviendo velozmente y derrotando todos mis planes escogidos.
Seguramente la lluvia de la aflicción está abatiendo mi alma en estos días."

Pero, amigo, tú estás equivocado. No es lluvia lo que llueve para ti. Están lloviendo bendiciones. Porque si tú quisieras solamente creer la Palabra de tu Padre, verías que bajo esa lluvia castigadora están naciendo flores espirituales de tal fragancia y belleza como nunca crecieron antes en aquella vida tuya apacible y sin corregir.
Verdaderamente tú ves la lluvia. Pero ¿ves también las flores? Tú estas afligido por las pruebas. Pero Dios ve la flor suave de la fe que está brotando en tu vida bajo aquellas pruebas. Tú te amilanas a causa del sufrimiento, pero Dios ve, que en tu alma está naciendo una tierna compasión hacia otros que sufren. Tu corazón se oprime bajo un profundo dolor, pero Dios ve la profundidad y el enriquecimiento que aquel dolor te ha traído.
No está lloviendo aflicciones para ti. Están lloviendo ternura, amor, compasión, paciencia y millares de otras flores y frutos del bendito Espíritu, las cuales están aportando a tu vida tal enriquecimiento espiritual como jamás podría haberlas engendrado en lo íntimo de tu alma la plenitud de toda la prosperidad y el reposo.

TOMADO DE MANANTIALES EN EL DESIERTO

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